España es uno de los países con más médicos por 100.000 habitantes. Probablemente demasiados, sobre todo pensando en el sistema sanitario que debería configurarse para un futuro próximo. De hecho, la plétora de especialistas que ahora mismo tenemos está obligando a muchos buenos profesionales a emigrar. Son médicos muy bien formados por el sistema MIR que no encuentran un puesto de trabajo en nuestro país en momentos en los que la crisis mina seriamente los presupuestos destinados a Sanidad.
Aparentemente, también parece que andamos sobrados de enfermeras ya que el número de ellas/os que trabajan en países de la UE es elevado. Puede que sea prudente frenar el crecimiento del número de nuevos facultativos que se gradúan al año e intentar formar especialistas en función de las necesidades que habrá en el futuro, pero es imperativo empezar a rediseñar el papel que puede desempañar la enfermería en los tiempos que vienen.
Un estudio multinacional revisa el número de enfermeras y el porcentaje de ellas que tenían el bachillerato completo antes de estudiar su carrera en 300 hospitales de nueve países de la UE y lo relaciona con la mortalidad hospitalaria de 422.000 pacientes en total que fueron sometidos a una intervención quirúrgica.
Los autores afinaron los datos en función de múltiples variables para que la población investigada fuera homogénea y la relación mortalidad/número de pacientes por enfermera pudiera ser un dato estadístico sólido.
Los números españoles son muy interesantes. España es un país en el que la enfermería hospitalaria tiene más carga de trabajo. Como media cada profesional tiene que atender 12,7 pacientes.
En España, y es algo que pasa en muy pocos países de la UE, todas las enfermeras han acabado el bachillerato y eso puede darles una buena ventaja cualitativa frente a colegas de otras nacionalidades y quizá les permite estar en los mejores puestos cuando se habla de resultados, a pesar de tener una carga de trabajo mayor que la que hay en otros países.
Conociendo que nuestros profesionales son muy buenos, quizá sea el momento de reflexionar y planificar cuál puede ser el papel de la enfermería en la sanidad, algo que se debería hacer más temprano que tarde. No es cosa de enrocarse discutiendo qué fármacos podrían recetar o hasta dónde tienen que gerenciar los centros clínicos. Lo que hay que planificar es cuál puede ser el rol de esta profesión de cara al desafío que tiene todo el mundo con los enfermos crónicos.
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2014年5月30日星期五
Casi un tercio de los españoles mantiene prejuicios frente a los seropositivos
Es de suponer que pocas personas en sus cabales reconocerían tener prejuicios frente a las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Sin embargo, un estudio que acaba de publicarse en la revista AIDS Care desvela que casi una tercera parte de los españoles preferiría evitar el contacto con seropositivos en alguna de estas tres situaciones: como compañero de clase de su hijo, compañero de trabajo o empleado en una tienda a la que acude con frecuencia.
El objetivo principal del trabajo, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), no es hacer una radiografía de la situación del estigma en España, sino comparar éste con el registrado en 2008.
Aunque las cifras han mejorado en los cuatro años que distan entre las dos encuestas, se observa que, por ejemplo, un 49,5% de los españoles estaría incómodo si un compañero de colegio de su hijo fuera seropositivo, un 39% se sentiría así si estuviera infectado por VIH un compañero de trabajo y un 29% no estaría cómodo con un dependiente de una tienda que presentara la infección.
"Los datos que manejamos y el descenso pequeño en algunas de las variables nos hacen temer que la tendencia pueda ser creciente", explica a EL MUNDO María José Fuster, profesora de la UNED y autora principal del estudio, que achaca su predicción a la "falta de financiación de ONG encargadas hasta ahora de hacer campañas de prevención y divulgación sobre la infección".
Algo similar ocurre con la creencia de que la infección puede transmitirse sentándose en los mismos sanitarios de un seropositivo, algo que apoyaba un 17,3% de la población en 2008 y un 13,9% en 2012. La tercera variable de este campo apenas se mantiene estable en las dos encuestas y es la que se refiere a la creencia de que el VIHse trasmite a través de estornudos, algo que pensaba y piensa que puede suceder un 14,9% de la población.
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El objetivo principal del trabajo, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), no es hacer una radiografía de la situación del estigma en España, sino comparar éste con el registrado en 2008.
Aunque las cifras han mejorado en los cuatro años que distan entre las dos encuestas, se observa que, por ejemplo, un 49,5% de los españoles estaría incómodo si un compañero de colegio de su hijo fuera seropositivo, un 39% se sentiría así si estuviera infectado por VIH un compañero de trabajo y un 29% no estaría cómodo con un dependiente de una tienda que presentara la infección.
"Los datos que manejamos y el descenso pequeño en algunas de las variables nos hacen temer que la tendencia pueda ser creciente", explica a EL MUNDO María José Fuster, profesora de la UNED y autora principal del estudio, que achaca su predicción a la "falta de financiación de ONG encargadas hasta ahora de hacer campañas de prevención y divulgación sobre la infección".
Algo similar ocurre con la creencia de que la infección puede transmitirse sentándose en los mismos sanitarios de un seropositivo, algo que apoyaba un 17,3% de la población en 2008 y un 13,9% en 2012. La tercera variable de este campo apenas se mantiene estable en las dos encuestas y es la que se refiere a la creencia de que el VIHse trasmite a través de estornudos, algo que pensaba y piensa que puede suceder un 14,9% de la población.
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Las cabinas de rayos UVA en EE.UU. tendrán que advertir de que pueden causar cáncer de piel
Las cabinas de rayos UVA serán sometidas a un mayor escrutinio y control en EE.UU., según ha anunciado la Agencia Americana del Medicamento (FDA), después de que algunos estudios hayan demostrado que las personas expuestas a esta radiación tienen mayor riesgo de desarrollar melanoma. De hecho, la advertencia —en un lugar visible— de que pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel será obligatoria, además de que están prohibidas en menores de 18 y de tener que pasar por un proceso de autorización previo a su comercialización.
De esta forma, la FDA está reforzando la regulación de estos dispositivos después de que varios estudios hayan demostrado que su uso puede resultar dañino para la salud, y los está clasificando en función de si su riesgo de causar cáncer de piel es bajo o moderado.
No obstante, el requisito de que las cabinas cuenten con una etiqueta de advertencia no irá acompañada de responsabilidades penales, de modo que los salones que utilizan estos productos no se enfrentarían a multas si los menores de 18 años las utilizaran.
Algunos dermatólogos y defensores de la salud pública habían defendido la necesidad de implantar una restricción real, lo que habría provocado sanciones para los infractores.
«Aplaudimos a la FDA por dar este importante primer paso», ha reconocido Brett Coldiron, presidente de la Academia Americana de Dermatología en un comunicado, donde sin embargo admite que «aúnqueda más trabajo por hacer para proteger al público de estos dispositivos peligrosos».
Un estudio realizado por esta entidad reveló que las personas expuestas a la radiación ultravioleta de bronceado tienen un riesgo un 59 por ciento mayor de desarrollar melanoma, el cáncer de piel más agresivo.
Por su parte, el director del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA, Jeffrey Shuren, ha reconocido que su uso continuado presenta un mayor riesgo de cáncer de piel para todos los usuarios «pero el mayor riesgo es para los jóvenes menores de 18 años y las personas con antecedentes familiares de cáncer de piel».
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De esta forma, la FDA está reforzando la regulación de estos dispositivos después de que varios estudios hayan demostrado que su uso puede resultar dañino para la salud, y los está clasificando en función de si su riesgo de causar cáncer de piel es bajo o moderado.
No obstante, el requisito de que las cabinas cuenten con una etiqueta de advertencia no irá acompañada de responsabilidades penales, de modo que los salones que utilizan estos productos no se enfrentarían a multas si los menores de 18 años las utilizaran.
Algunos dermatólogos y defensores de la salud pública habían defendido la necesidad de implantar una restricción real, lo que habría provocado sanciones para los infractores.
«Aplaudimos a la FDA por dar este importante primer paso», ha reconocido Brett Coldiron, presidente de la Academia Americana de Dermatología en un comunicado, donde sin embargo admite que «aúnqueda más trabajo por hacer para proteger al público de estos dispositivos peligrosos».
Un estudio realizado por esta entidad reveló que las personas expuestas a la radiación ultravioleta de bronceado tienen un riesgo un 59 por ciento mayor de desarrollar melanoma, el cáncer de piel más agresivo.
Por su parte, el director del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA, Jeffrey Shuren, ha reconocido que su uso continuado presenta un mayor riesgo de cáncer de piel para todos los usuarios «pero el mayor riesgo es para los jóvenes menores de 18 años y las personas con antecedentes familiares de cáncer de piel».
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2014年5月29日星期四
La importancia del sentido del ‘gusto’ en la obesidad
El sentido del gusto puede ser fundamental para entender cómo se produce la obesidad,tal y como ya han sugerido algunos estudios al establecer una relación entre el cerebro y el riesgo de obesidad. Ahora, un trabajo de la Universidad de Deakin (Australia) ha visto que aquellas personas que carecen del sentido del ‘gusto’ para saborear las grasas de los alimentos comen bastante más en el almuerzo después de un desayuno rico en grasas que aquellos que sí perciben las grasas.
Los resultados, explica Deakin Russell Keast, autor del trabajo que se publica en «Appetite» sugieren que la capacidad de comer grasa está relacionado con sensación de ‘estar lleno’. «Si una persona no percibe la grasa de los alimentos y tampoco experimenta la sensación de estar saciada, que se relaciona con el consumo de alimentos grasos, es más que probable que después de haber ingerido una comida rica en grasa sea capaz de volver a comer, es decir, a consumir más energía, algo que, como todos sabemos, en la mayoría de los casos conduce a la obesidad y el sobrepeso».
En primer lugar los investigadores evaluaron la sensibilidad de los participantes al gusto por la grasas. A continuación comieron, durante cuatro días, un desayuno rico en grasas, carbohidratos y proteínas y se les proporcionó a cada uno un almuerzo estilo buffet que incluía una gran variedad de alimentos.
La investigación se basa en el trabajo previo del profesor Keast quien asegura que además de los sabores ya conocidos - dulce, salado, ácido, amargo y umami- existe uno más: el gusto por las grasas. De esta forma, este investigador asegura que la capacidad de probar la grasa se asocia con el desarrollo de la obesidad.
El experto afirma que todos tenemos un ‘umbral de sabor de la grasa’ y, mientras que algunas personas tienen una alta sensibilidad al gusto y son propensos a comer menos alimentos grasos, otros son menos sensibles y no pueden saborear la grasa, «lo que les hace más propensos a comer un exceso alimentos ricos en grasas». Y ahora, «gracias a este último estudio vemos que una baja sensibilidad al gusto por las grasas deteriora la capacidad del cuerpo para registrar las señales de saciedad que normalmente provienen al comer alimentos grasos».
En su opinión esta hallazgo sugiere una nueva aproximación para tratar la obesidad el aumento de la sensibilidad gustativa a la grasa en aquellas personas que son insensibles a ella.
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Los resultados, explica Deakin Russell Keast, autor del trabajo que se publica en «Appetite» sugieren que la capacidad de comer grasa está relacionado con sensación de ‘estar lleno’. «Si una persona no percibe la grasa de los alimentos y tampoco experimenta la sensación de estar saciada, que se relaciona con el consumo de alimentos grasos, es más que probable que después de haber ingerido una comida rica en grasa sea capaz de volver a comer, es decir, a consumir más energía, algo que, como todos sabemos, en la mayoría de los casos conduce a la obesidad y el sobrepeso».
En primer lugar los investigadores evaluaron la sensibilidad de los participantes al gusto por la grasas. A continuación comieron, durante cuatro días, un desayuno rico en grasas, carbohidratos y proteínas y se les proporcionó a cada uno un almuerzo estilo buffet que incluía una gran variedad de alimentos.
La investigación se basa en el trabajo previo del profesor Keast quien asegura que además de los sabores ya conocidos - dulce, salado, ácido, amargo y umami- existe uno más: el gusto por las grasas. De esta forma, este investigador asegura que la capacidad de probar la grasa se asocia con el desarrollo de la obesidad.
El experto afirma que todos tenemos un ‘umbral de sabor de la grasa’ y, mientras que algunas personas tienen una alta sensibilidad al gusto y son propensos a comer menos alimentos grasos, otros son menos sensibles y no pueden saborear la grasa, «lo que les hace más propensos a comer un exceso alimentos ricos en grasas». Y ahora, «gracias a este último estudio vemos que una baja sensibilidad al gusto por las grasas deteriora la capacidad del cuerpo para registrar las señales de saciedad que normalmente provienen al comer alimentos grasos».
En su opinión esta hallazgo sugiere una nueva aproximación para tratar la obesidad el aumento de la sensibilidad gustativa a la grasa en aquellas personas que son insensibles a ella.
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Los e-cigarrillos no son una alternativa saludable al tabaco
Sustituir el tabaco por los cigarrillos electrónicos no parece ser la mejor opción, Según una investigación que se publica en «Annals of Allergy, Asthma & Immunology» todavía hay muchas dudas de los posibles efectos adversos sobre la salud de vapear. Sobre todo advierte de lo poco recomendable que es la dependencia continua de la nicotina y el doble uso de cigarrillos electrónicos y tabaco.
El artículo examina la idea de que uno de los supuestos «beneficios para la salud» propuestos por los fabricantes de e-cigarrillos era que ayudaría a dejar de fumar. Los investigadores de la Clínica Mayo (EE.UU.) aseguran que esta teoría todavía no ha sido probada. «A pesar del aparente optimismo que rodea el mundo de los e-cigarrillos y su papel terapéutico todavía hoy no hay suficiente evidencia para sugerir que los consumidores deben utilizar los cigarrillos electrónicos para este fin», sostiene el alergólogo Andrew Nickel, autor principal del trabajo.
Otro motivo de preocupación que plantea el artículo es el hecho de que muchas personas consumen cigarrillos electrónicos en público pero siguen fumando tabaco en casa, con lo que se continúa exponiendo a los niños y los enfermos de asma al peligroso humo. «El uso dual de ambos cigarrillos -electrónicos y tabaco- conlleva el riesgo de la exposición al humo de segunda mano, y ello puede agravar los efectos respiratorios en los niños y los enfermos de asma.
Los investigadores afirman además que debido a que los cigarrillos electrónicos son un producto bastante reciente podría haber otras complicaciones de salud a largo plazo que aún no se han descubierto. Los resultados de la exposición a largo plazo a tales sustancias son desconocidos, sostienen los expertos que añaden que la mayoría de los consumidores desconocen el contenido de los cigarrillos electrónicos que consumen.
En EE.UU., las autoridades sanitarias (FDA) admiten que la seguridad y eficacia de los cigarrillos electrónicos no se ha analizado completamente y los consumidores no tienen forma de saber si los cigarrillos electrónicos son seguros para el uso previsto. En Europa están regulados como productos medicinales en los casos en que se comercialicen como poseedores de propiedades curativas o preventivas, pero tienen que presentarse con advertencias sanitarias y estarán sujetos a las mismas restricciones publicitarias que los productos del tabaco.
En España se han impuesto límites a su consumo y publicidad aunque no se equipara al tabaco, como reclamaba el Comité Nacional de Prevención de Tabaquismo (CNPT), el organismo en el que están representados cardiólogos, neumólogos, oncólogos y todas las sociedades científicas vinculadas con los daños del tabaco. También se acota su uso en espacios públicos, pero se pueden usar en bares y restaurantes, aunque no en colegios, hospitales, centros de salud o cualquier establecimiento sanitario, ni siquiera en los espacios al aire libre de estas instalaciones si está dentro del mismo recinto.
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El artículo examina la idea de que uno de los supuestos «beneficios para la salud» propuestos por los fabricantes de e-cigarrillos era que ayudaría a dejar de fumar. Los investigadores de la Clínica Mayo (EE.UU.) aseguran que esta teoría todavía no ha sido probada. «A pesar del aparente optimismo que rodea el mundo de los e-cigarrillos y su papel terapéutico todavía hoy no hay suficiente evidencia para sugerir que los consumidores deben utilizar los cigarrillos electrónicos para este fin», sostiene el alergólogo Andrew Nickel, autor principal del trabajo.
Otro motivo de preocupación que plantea el artículo es el hecho de que muchas personas consumen cigarrillos electrónicos en público pero siguen fumando tabaco en casa, con lo que se continúa exponiendo a los niños y los enfermos de asma al peligroso humo. «El uso dual de ambos cigarrillos -electrónicos y tabaco- conlleva el riesgo de la exposición al humo de segunda mano, y ello puede agravar los efectos respiratorios en los niños y los enfermos de asma.
Los investigadores afirman además que debido a que los cigarrillos electrónicos son un producto bastante reciente podría haber otras complicaciones de salud a largo plazo que aún no se han descubierto. Los resultados de la exposición a largo plazo a tales sustancias son desconocidos, sostienen los expertos que añaden que la mayoría de los consumidores desconocen el contenido de los cigarrillos electrónicos que consumen.
En EE.UU., las autoridades sanitarias (FDA) admiten que la seguridad y eficacia de los cigarrillos electrónicos no se ha analizado completamente y los consumidores no tienen forma de saber si los cigarrillos electrónicos son seguros para el uso previsto. En Europa están regulados como productos medicinales en los casos en que se comercialicen como poseedores de propiedades curativas o preventivas, pero tienen que presentarse con advertencias sanitarias y estarán sujetos a las mismas restricciones publicitarias que los productos del tabaco.
En España se han impuesto límites a su consumo y publicidad aunque no se equipara al tabaco, como reclamaba el Comité Nacional de Prevención de Tabaquismo (CNPT), el organismo en el que están representados cardiólogos, neumólogos, oncólogos y todas las sociedades científicas vinculadas con los daños del tabaco. También se acota su uso en espacios públicos, pero se pueden usar en bares y restaurantes, aunque no en colegios, hospitales, centros de salud o cualquier establecimiento sanitario, ni siquiera en los espacios al aire libre de estas instalaciones si está dentro del mismo recinto.
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La vacuna del cólera, eficaz también para los brotes de la enfermedad
Una de las dos vacunas orales avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) frente al cólera es eficaz no solo para proteger de la enfermedad en zonas donde esta es endémica sino también para unautilización de emergencia en caso de brotes esporádicos de la enfermedad.
Según se explica en la revista estadounidense, el uso de vacunas para prevenir y controlar el cólera está actualmente en entredicho. Una de las dudas que faltaba por aclarar era precisamente si podía funcionar para situaciones de emergencia, para proporcionar inmunización rápidamente tras la detección de un brote de la enfermedad.
El estudio que se publica no solo responde afirmativamente a esa pregunta sino que avalaría la idea de mantener en stock la vacuna oral frente al cólera en países que puedan ser afectados por esta patología.
Para probar su tesis, los investigadores dirigidos por Rebecca Frais, deEpicentre -el centro de investigación de MSF- llevaron a cabo un estudio dentro de una campaña de vacunación a gran escala en dos distritos costeros de Guinea, Boffa y Forecariah, donde se había declarado un brote de cólera en febrero de 2012.
En dicha campaña, se administraron 316.350 dosis de la vacuna en dos fases durante un periodo de seis semanas, alcanzándose altas dosis de cobertura, del 75% en ambos distritos.
Los participantes fueron 40 personas afectadas por la enfermedad, que se compararon con 160 individuos sanos, que conformaron el grupo control. La aplicación de las dosis de la vacuna se asoció con una protección del 86,6%.
El primer firmante del estudio, el español Francisco Luquero, explica por teléfono a EL MUNDO que desde MSF no se considera que la vacuna oral contra el cólera sea la solución definitiva frente a la enfermedad.
Existen dos vacunas orales contra el cólera recomendadas por la OMS:Shanchol y Dukoral. Según explica Luquero, la eficacia es muy similar pero desde MSF se ha apostado por la primera porque tiene un precio menor y no hace falta administrarla con un vaso de agua y una solución especial que sí requiere la segunda.
Para Luquero, las cosas van a cambiar a partir de la publicación de este estudio y otros previos sobre la campaña de vacunación de 2012 en Guinea. Así, el epidemiólogo español apunta que cada vez se apoya más el uso de la vacuna en situaciones de emergencia en las que, no obstante, la prioridad sigue siendo administrar tratamiento a los afectados para evitar muertes.
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Según se explica en la revista estadounidense, el uso de vacunas para prevenir y controlar el cólera está actualmente en entredicho. Una de las dudas que faltaba por aclarar era precisamente si podía funcionar para situaciones de emergencia, para proporcionar inmunización rápidamente tras la detección de un brote de la enfermedad.
El estudio que se publica no solo responde afirmativamente a esa pregunta sino que avalaría la idea de mantener en stock la vacuna oral frente al cólera en países que puedan ser afectados por esta patología.
Para probar su tesis, los investigadores dirigidos por Rebecca Frais, deEpicentre -el centro de investigación de MSF- llevaron a cabo un estudio dentro de una campaña de vacunación a gran escala en dos distritos costeros de Guinea, Boffa y Forecariah, donde se había declarado un brote de cólera en febrero de 2012.
En dicha campaña, se administraron 316.350 dosis de la vacuna en dos fases durante un periodo de seis semanas, alcanzándose altas dosis de cobertura, del 75% en ambos distritos.
Los participantes fueron 40 personas afectadas por la enfermedad, que se compararon con 160 individuos sanos, que conformaron el grupo control. La aplicación de las dosis de la vacuna se asoció con una protección del 86,6%.
El primer firmante del estudio, el español Francisco Luquero, explica por teléfono a EL MUNDO que desde MSF no se considera que la vacuna oral contra el cólera sea la solución definitiva frente a la enfermedad.
Existen dos vacunas orales contra el cólera recomendadas por la OMS:Shanchol y Dukoral. Según explica Luquero, la eficacia es muy similar pero desde MSF se ha apostado por la primera porque tiene un precio menor y no hace falta administrarla con un vaso de agua y una solución especial que sí requiere la segunda.
Para Luquero, las cosas van a cambiar a partir de la publicación de este estudio y otros previos sobre la campaña de vacunación de 2012 en Guinea. Así, el epidemiólogo español apunta que cada vez se apoya más el uso de la vacuna en situaciones de emergencia en las que, no obstante, la prioridad sigue siendo administrar tratamiento a los afectados para evitar muertes.
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La huella de la pobreza infantil dura toda la vida
Uno de cada cuatro menores de 16 años en España vive por debajo del umbral de la pobreza, según datos difundidos esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Todos esos niños, según demuestra la ciencia cada vez con mayor certeza, sufrirán en su edad adulta más riesgo de obesidad, problemas cardiovasculares, deterioro cognitivo, exclusión social, salarios más bajos y otra plétora de problemas.
La reunión anual de la Asociación de Economía de la Salud (AES), que se celebra estos días en Pamplona, ha servido para poner de manifiesto los últimos estudios que relacionan pobreza infantil con secuelas para la salud durante la edad adulta. Porque como explica a EL MUNDO Pilar García, vicepresidenta de AES, "cada vez está más claro que las condiciones de vida durante los cinco primeros años de vida de un niño le marcan para el resto de su vida".
En el caso de la pobreza, explica Radua a este periódico, también se han detectado disminuciones de volumen -especialmente de materia gris-, así como déficits funcionales. Y aunque admite que sí podría hablarse de una huella física de la pobreza en el desarrollo cerebral, considera que los estudios son aún preliminares.
Como recordaba también recientemente un panel internacional de expertos reunidos en Vancouver (Canadá) por las Sociedades Académicas Pediátricas, los mecanismos por los que la pobreza infantil deja su huella para el resto de la edad adulta son muy variados.
Como recordaba también recientemente un panel internacional de expertos reunidos en Vancouver (Canadá) por las Sociedades Académicas Pediátricas, los mecanismos por los que la pobreza infantil deja su huella para el resto de la edad adulta son muy variados.
Marteen Lindeboom, profesor de Económicas en la Universidad de Ámsterdam (Holanda) especializado en las secuelas de la pobreza infantil, señala por su parte que estas condiciones de vida iniciales se pueden traducir incluso en dos años menos de supervivencia de media. "Es cierto que la mayoría de estudios sobre este tema se hicieron a principios de siglo, pero también hemos visto que son las intervenciones precoces, precisamente en los primeros años de vida, las que tienen mayor eficacia. Porque lo que ocurre en esos años es luego muy poco reversible y las intervenciones tardías son poco eficaces".
"La situación de desempleo en España es tan grave que eso está provocando niveles de estrés muy importantes, que pueden tener consecuencias incluso desde el mismo momento de la formación del feto", añade Lindeboom.
www.elmundo.es
La reunión anual de la Asociación de Economía de la Salud (AES), que se celebra estos días en Pamplona, ha servido para poner de manifiesto los últimos estudios que relacionan pobreza infantil con secuelas para la salud durante la edad adulta. Porque como explica a EL MUNDO Pilar García, vicepresidenta de AES, "cada vez está más claro que las condiciones de vida durante los cinco primeros años de vida de un niño le marcan para el resto de su vida".
En el caso de la pobreza, explica Radua a este periódico, también se han detectado disminuciones de volumen -especialmente de materia gris-, así como déficits funcionales. Y aunque admite que sí podría hablarse de una huella física de la pobreza en el desarrollo cerebral, considera que los estudios son aún preliminares.
Como recordaba también recientemente un panel internacional de expertos reunidos en Vancouver (Canadá) por las Sociedades Académicas Pediátricas, los mecanismos por los que la pobreza infantil deja su huella para el resto de la edad adulta son muy variados.
Como recordaba también recientemente un panel internacional de expertos reunidos en Vancouver (Canadá) por las Sociedades Académicas Pediátricas, los mecanismos por los que la pobreza infantil deja su huella para el resto de la edad adulta son muy variados.
Marteen Lindeboom, profesor de Económicas en la Universidad de Ámsterdam (Holanda) especializado en las secuelas de la pobreza infantil, señala por su parte que estas condiciones de vida iniciales se pueden traducir incluso en dos años menos de supervivencia de media. "Es cierto que la mayoría de estudios sobre este tema se hicieron a principios de siglo, pero también hemos visto que son las intervenciones precoces, precisamente en los primeros años de vida, las que tienen mayor eficacia. Porque lo que ocurre en esos años es luego muy poco reversible y las intervenciones tardías son poco eficaces".
"La situación de desempleo en España es tan grave que eso está provocando niveles de estrés muy importantes, que pueden tener consecuencias incluso desde el mismo momento de la formación del feto", añade Lindeboom.
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