Para ingerir una lombriz solitaria procedente de una vaca infectada, el periodista Michael Mosley tuvo que viajar a Kenia porque en Reino Unido se supone que no existen. En un laboratorio africano se tragó el parásito antes de regresar a casa. Al cabo de unas semanas, engulló una cámara del tamaño de una pastilla para espiar a la lombriz a través de las imágenes transmitidas a la pantalla de un iPad.
«Cuando la vi por primera vez, estaba cenando en un restaurante indio y grité: 'Dios mío! ¡Hay una lombriz dentro de mí!' Toda la gente que me rodeaba se quedó estupefacta», recuerda el presentador de la BBC, cuyo documental sobre esta experiencia, titulado ¡Infectado! Vivir con parásitos, se emitirá en las próximas semanas. «Estaba encantado, aunque al mismo tiempo me pareció horrible».
En el caso de la lombriz solitaria, Mosley participa como conejillo de indias en un proyecto de investigación de la Universidad de Salford (Manchester). El periodista expulsará el parásito a través de sus heces y enviará muestras a los científicos que estudian los síntomas de las infecciones de parásitos.
"A mi mujer no le hizo mucha gracias la idea, pero le dije que no se preocupara porque este tipo de lombriz es relativamente inocua", asegura Mosley.
Otro de sus provocadores programas está dedicado a los piojos que viven en el cabello. Y una vez más, el periodista sembró su propia cabeza con este parásito.
Pero por si todo esto no fuera suficiente, Moseley también se colocó una sanguijuela sobre el brazo para documentar cómo le chupaba la sangre antes las cámaras de televisón.
Antes de experimentar con lombrices, piojos y sanguijuelas, el periodista se hizo célebre por someterse a una dieta extrema ante las cámaras de televisión. Su adelgazamiento con el Régimen 5:2, que consiste en restringir la ingestión de calorías dos días a la semana, y comer con normalidad las otras cinco jornadas, le dio el gran salto a la fama.
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