El primer ministro británico David Cameron ha prometido incentivos millonarios para vencer las resistencias y estimular la apertura de pozos de gas por el controvertido procedimiento del fracking (fractura hidráulica). Cameron ha anunciado que los pueblos donde se realicen la perforaciones podrán quedarse con el 100% de los impuestos derivados de la extracción, lo que podría suponer unos ingresos extras de más de dos millones de euros por municipio.
Según la Academia Real de Geología, hasta el 64% de la campiña inglesa reúne en principio las condiciones para albergar el maná del gas pizarra. Las primeras prospecciones están ya en marcha en Gales, Cumbria y los Midlands, donde la compañía francesa Total ha anunciado que invertirá 40 millones de euros a la busca de reservas.
En Barton Moss, en los alrededores de Manchester, cientos de manifestantes se congregaron el pasado fin de semana para protesta contra el fracking, alegando los riesgos para el medio ambiente, desde posibles movimientos sísmicos a la contaminación de los acuíferos con los productos químicos que se inyectan a presión para liberar el gas a grandes profundidades.
Los pequeños terremotos detectados en el condado de Lancashire en el 2011, durante las prospecciones realizadas por Cuadrilla Resources, forzaron de hecho una moratoria de 18 meses en la explotación del gas pizarra en el Reino Unido.
"No estaríamos dando el paso adelante si existieran peligros ambientales", alegó Cameron a su paso por los pozos de fracking en Lincolnshire. "El gas pizarra es importante para nuestro país. Podría traernos 74.000 empleos, más de 3.000 millones de libras (3.600 millones de euros) de inversiones y la garantía de una energía barata en el futuro".
Los grupos ecologistas han atacado sin embargo los incentivos de Cameron a los municipios como un "soborno". Jane Thomas, de Amigos de la Tierra, aseguró que los incentivos son "endulzantes" para conquistar el favor de los municipios y vencer las resistencias de los vecinos.
Lawrence Carter, de Greenpeace, pidió a los británicos que miren al otro lado el Canal de la Mancha y tengan en cuenta el principio de precaución aplicado por Francia y otros países de la UE: "Total, una compañía francesa que no puede hacer prospecciones en su país, pone ahora su punto de mira en el Reino Unido ante la mirada feliz del Gobierno británico, que ha decidido ceder dos terceras partes de nuestra campiña sin consultar previamente con los ciudadanos".
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